Hemos comenzado el Curso de LIDERAZGO FAMILIAR identificando, con base en 1 Timoteo 3:1-13, que Dios nos advierte sobe la necesidad de gobernar bien la casa, es decir, nuestro entorno familiar. Es el primer lugar donde desarrollamos el liderazgo. No es una tarea fácil, pero para quien anhela servir a Dios, más que una opción, es un imperativo.
Indistintamente de si el inicio de su relación conyugal fue maravilloso o no, es probable que con el paso del tiempo haya experimentado períodos de crisis. Ahora, si hoy vive una situación difícil o lo ha vivido, ¿permite que los conflictos gobiernen el hogar sin hacer lo más mínimo para buscar soluciones?
Si de alguna manera sirve en la obra del Señor Jesucristo o se está preparando para hacerlo, ¿entra en conflicto?
Es entonces cuando debemos hacer un alto en el camino y reflexionar que todo debe cambiar. Un siervo de Dios comienza su liderazgo en el propio entorno familiar. Es su prueba de fuego.
En Escrituras leemos que Dios vio la soledad de Adán. “Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él.” (Génesis 2:18)
Él le proveyó una ayuda, en otras palabras, una compañía. Fue la forma de bendecir su vida.
Y leemos un poco más adelante:
Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el Señor Dios le sacó una de sus costillas* y cerró la abertura. Entonces el Señor Dios hizo de la costilla a una mujer, y la presentó al hombre. «¡Al fin! —exclamó el hombre— ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Ella será llamada “mujer” porque fue tomada del hombre». Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo.»(Génesis 2:21-24. NTV)
Ese fue el propósito original de Dios: constituir una familia a partir de un hombre y una mujer que se amaran y emprendieran la vida juntos. Una relación que se construye día a día.
Sobre esa base y como escribe Alex Kendrick, debemos retornar a a los orígenes de la familia:
Necesitamos redescubrir la intención original de Dios para nuestros hogares. Las familias deberían ser refugios de amor y placer. Los hogares deben ser espacios llenos de paz y de propósito. No obstante, los buenos hogares no son casuales. Son jardines que necesitan ser cultivados intencionalmente, y recibir cuidados.”(Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)
Cuando nos damos a la tarea de reevaluar la familia, de qué manera estamos cumpliendo ese compromiso, descubrimos que quizá fallamos. Pensamos incluso que la situación no tiene solución, pero estamos equivocados.
SI HAY CRISIS, SE PUEDE SUPERAR
No hay crisis que no pueda superarse. La respuesta a nuestros interrogantes, y la salida al laberinto, están en Dios, quien creó la institución familiar y la mantiene viva.
Comprométase hoy con su familia. Ríndala en manos de Dios. Él sabe cómo obrar en cada circunstancia y traer sanidad en los matrimonios heridos.
Como hombre o mujer que se está preparando para servir a Dios, tenga presente los siguientes principios que imprimirán una transformación a su vida y ministerio:
- Jamás es tarde para emprender los _______________________.
- Si _____________ por nuestro cónyuge, Dios tocará su corazón.
- Dios puede utilizar __________________–por trivial que parezca–para tocar el corazón de una persona y llevarlo a una transformación definitiva.
- Si recobramos el ____________________, todo puede cambiar en nuestro entorno.
El autor y conferencista internacional, Alex Kendrick, hace una anotación valiosa que comparto con usted:
Un hombre debe permitir que la verdad, el amor y la sabia disciplina sean los ingredientes constantes de su paternidad. Debe sustentar con cuidado a su esposa, a sus hijos y su propia actitud para que el matrimonio y la próxima generación puedan crecer y desarrollarse en su hogar…” (Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)
Como aprenderemos a continuación, el proceso de cambio en toda persona es posible y de la mano con ese proceso de transformación, nuestra familia experimenta crecimiento porque en todo el proceso no estamos solos. Dios está con nosotros.
BRÍNDELE A LA FAMILIA TIEMPO DE CALIDAD
Quizá usted hoy está sirviendo a Dios o se está preparando para hacerlo. En esa dirección es probable que haya descuidado algo que reviste singular importancia: dedicar tiempo a su familia. Es una forma eficaz de liderar.
El autor y conferencista, Alex Kendrick, advierte:
Necesitamos hombres que se nieguen a sacrificar a su familia a costa de un ascenso en el trabajo. Hombres que no permitan que el esparcimiento consuma su tiempo e insensibilice su conciencia; que se manifiesten en contra de las leyes y de las filosofías que destruyen la familia. Hombres que perdonen a sus padres, que rompan las cadenas del pasado y establezcan nuevos principios…” (Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)
A menos que revisemos detenidamente en qué estamos invirtiendo nuestro tiempo, tendremos problemas y trasladaremos esa situación a nuestra relación familiar.
Es tiempo de corregir. Le animamos a leer Proverbios 22:3. Apliquemos este principio a la dedicación a nuestra familia. ¿Qué podríamos decir que nos enseña este proverbio?
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No es necesario llegar al borde del abismo para reconocer que las cosas andan mal. Si admitimos que dedicar más tiempo al trabajo, a los amigos e incluso al ministerio, que a la familia nos traerá problemas, es hora de corregir.
COMIENCE UNA NUEVA VIDA FAMILIAR
Todo hombre o mujer determinado a servir a Dios, imprime cambios en su forma de pensar y actuar en lo concerniente a la familia. Abre un espacio para identificar en qué ha venido fallando y cómo puede cambiar, con ayuda de Dios, ese panorama.
Nuestro servicio a Dios será eficaz en la medida en que hayamos desarrollado una adecuada mayordomía de aquello que nos confió, lo más valioso para Él, que es la familia.
Los autores Alex y Stephen Kendrick, escriben:
Nuestra generación necesita de manera urgente que se levanten hombres valientes. Necesitamos hombres que no se dejen influir por la cultura ni teman a las críticas. Hombres decididos a liderar a su familia a toda costa, que enseñen sobre la pureza sexual a sus hijos, para que no haya más niños que lleguen al mundo sin padres casados. Necesitamos hombres que se aferren a sus votos matrimoniales y clamen por la ayuda de Dios para amar a su esposa en vez de darse por vencidos en los momentos de dificultad.” (Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)
Usted y yo podemos ayudar a construir una nueva sociedad a partir del compromiso que asumimos con la familia.
Vaya a su ejemplar de la Biblia y lea Proverbios 15:5, 6. Escriba a continuación qué nos enseña este pasaje de las Escrituras en torno a la vida familiar:
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Si decide a construir una familia sólida con ayuda de Dios, podrá lograrlo. Su hogar está llamado a marcar la diferencia.
El entorno del hogar no tiene que ser, como en su niñez, un infierno; sino por el contrario, un espacio donde reinen el amor y la armonía. Es una decisión que debe tomar hoy.
Tenga presente que usted se está preparando para ser un instrumento en manos de Dios para contribuir en la extensión de Su Reino. En ese orden de ideas, es su familia la primera demostración de mayordomía que podrá presentar en la presencia de Aquél que lo llamó a servirle.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 1
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
Si hay crisis, se puede superar
1.- Cambios necesarios
2.- Oramos
3.- Cualquier incidente
4.- Liderazgo familiar
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)
